por CUANDO ESTABAS EN FLOR
La primera vez que te he visto,
no pude mirar a otro lado.
Tu belleza ha impactado todos mis sentidos
conocidos y enjaulados.
Cada uno de ellos, sean cinco,
sean siete o sean diez,
Has dejado una marca inesperada en memoria.
Te he visto desnuda, en mi portugués
y desnudo, en mi portuñol,
Pero siempre vuelves a vestirte
para mi contemplación y mi reflexión.
Cada traje que te cambias parece ser el mismo,
pero siempre novedoso y ambicioso,
¿Quién te ha vestido con tan bellos trapos?
¡Si no son trapos! Dirás a mí.
Oh, viento que la desnuda,
no lo hagas con rapidez,
Dejadme contemplar su
belleza un segundo más.
¡Sí! Cada segundo cuenta su magistral belleza
Que no solo por mí es admirada y encerrada.
Muchos son los que dicen lo mismo de ti;
Los escucho, los veo, pero sin celos.
Más bien con orgullo de una verdad inherente.
Belleza con fin, belleza que volverá a venir;
¡Sí, vendrá!
Oye tú con hacha en mano,
¿Dónde vas con tanta prisa?
No lo hagas sin necesidad, no lo hagas, en fin.
Él o ella, para mis sentidos, ha dado sombra, sin fin.
Mi piel ha sido por ella protegida, acariciada, en fin.
No las cortes te suplico,
déjame contemplar una vez más, sin fin.
Con fotografía en mano la tendré conmigo
por doquiera que vaya.
¡Espere, espere! Ya la tengo.
Me la dio el amigo que también la contempla, al fin.
Me envió tu imagen esta mañana
y solo pude ver en él atardecer.
Antes que te vayas, oh bella rama.
Echa tus semillas en producción,
Para que siempre tenga nuevamente,
Por la gracia de Dios, en otra estación.
Poema: Davi Blumenthal
Inspirado en: Un árbol en flor
Foto: Ricardo Ernesto Elizalde
Vídeo: caelan
Música: Neide Ferreira
www.blumenthal.es
